Que la arena de sílicie tiene múltiples aplicaciones es por todos sabido, pero hoy queríamos hablaros de una que quizá sea especial, debido al resultado final.
El vidrio es un material inorgánico, sólido y transparente que se encuentra compuesto en su mayoría por arena de sílice (SiO2), carbonato de sodio (Na2CO3), para ayudar a que la arena de sílice se funda a una menor temperatura, y piedra caliza (CaCO3), para evitar que el vidrio se descomponga al contacto con el agua.
Disposición de los átomos arena de sílice |
Como apunte histórico, podemos indicar que el vidrio comenzó a ser utilizado por artesanos egipcios en el año 1500 A.C., como material decorativo en la elaboración de collares, vasijas y figuras sustituyendo a las ya codiciadas piedras preciosas. Para conseguir este efecto, añadían a la mezcla original diferentes tipos de soluciones, como la limadura de hierro o la corteza de abedul, consiguiendo cristales de diferentes tonalidades.
Hoy en día, el proceso de fabricación del vidrio no ha sido, apenas, alterado, pues la arena de sílice, carbonato de sodio y piedra caliza (las materias primas), y las temperaturas de fusión no han sido modificadas. Sin embargo, las técnicas se han transformado para conseguir un proceso de producción más acelerado, y los investigadores han elaborado diferentes compuestos para combinarlos con el material bruto y así variar las propiedades físicas y químicas, de manera que sea posible disponer de una amplia gama de vidrios para diversas aplicaciones. En las siguientes líneas explicaremos de forma resumida dicho proceso.
La fabricación del vidrio comienza con el pesaje, mezcla y trituración de los silicatos, consiguiendo un fino polvo que acto seguido es enviado a unos hornos industriales donde se funde a temperaturas que rondan los 1500 ºC. El vidrio obtenido, aún en estado fluido, se deja enfriar a una temperatura de unos 900ºC, y a continuación es distribuido a una serie de moldes donde se enfriará y adquirirá su forma definitiva.Posteriormente, se traslada a una arca de recocido en la que, mediante un tratamiento térmico, se eliminan tensiones internas y el envase de vidrio adquiere su grado definitivo de resistencia.
A continuación, se realizan unos exhaustivos controles de calidad, donde se comprueban cada unidad electrónicamente.
Tras estos controles, los envases son embalados automáticamente en palets retractilados, hasta su distribución.
Y para terminar señalar que IUTA (Instituto Universitario de Tecnología Industrial de Asturias) señala al vidrio como material constructivo de futuro de la arquitectura sostenible. Las edificaciones del futuro se sustentarán con pilares y vigas de vidrio, incluirán muros de hormigón ligero y arcilla expandida que, además de mejorar el comportamiento térmico y acústico de las estructuras, facilitará un reciclaje más fácil de todos los componentes.
Con lo cual, en este aspecto, la arena de sílice, juega un papel fundamental ya que es, por excelencia, el agente formador del vidrio.
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